Sagrada Imagen Titular


Nuestra Señora de la Soledad y Esperanza


La imagen de Ntra. Sra. de la Soledad y Esperanza, llegó a Doña Mencía en el año 1.958. Fue donada a la Parroquia por la vecina de esta localidad Doña Josefa Campos Roldán, quién la adquirió en Sevilla en una tienda de antigüedades y que mandó a restaurar para tal fin. Es una imagen de candelero, con brazos articulados, atribuida al escultor sevillano Don Manuel Vergara Herrera que desgraciadamente en la actualidad conocemos escasos datos de este imaginero.

La talla pertenece a la escuela de Sevilla de mediados del siglo XX, con ojos rasgados, cejas arqueadas y mirada al frente, sin descomponer su expresión. La forma dramática de abrir la boca y la falta de fruncio en el entrecejo describen un dolor moderado y sereno. El conjunto del rostro consigue expresar una imagen abstraída, como ensimismada, y una belleza melancólica y dulce, resultando una de las imágenes mas queridas y admiradas de Doña Mencía.

En el mismo año de su adquisición, realizó sus primeros desfiles procesionales, primero el viernes santo en la procesión de la Cofradía de Jesús Nazareno, después en la noche de ese mismo día en la procesión del Santo Entierro y por último en la tarde del Sábado Santo.


La procesión del Sábado Santo fue instituida expresamente para esta imagen y por eso la parroquia con Don Antonio Prieto Huertado a la cabeza le impuso la advocación de Ntra. Sra. de la Soledad y Esperanza. Esta advocación, que unía dos títulos que hasta la fecha eran utilizados independientemente, fue una renovación en la forma de exponer la pasión de Cristo desde el punto de vista Mariano, ya que unía de forma inherente, la Soledad de Ntra. Sra., siempre representando el Viernes Santo, con la inmediata Resurrección de Cristo, a través de la Esperanza nacida en María.

Lucía entonces la Virgen vestido y manto de terciopelo negro bordado en plata. Este temo de saya y manto procedía de la antigua Parroquia, y lo utilizaba Ntra. Sra. de los Dolores cuando procesionaba como Virgen de la Soledad. Estas vestiduras pudieron salvarse del incendio de la antigua parroquia sufrido durante la II República, gracias a que se conservaban fuera del templo con los ornamentos sagrados.

En el año 2.002, la imagen de Ntra. Sra. de la Soledad fue sometida a una profunda restauración, dado a su avanzado estado de deterioro. Esta obra fue llevada a cabo por el imaginero cordobés Don Miguel Ángel González Jurado. Dicho trabajo de restauración consistió en la sustitución total del candelero, restauración del craquelado de la policromía de las manos y rostro, consolidación de la mascarilla y ensamblaje del cráneo y rescate de la policromía original.



Han sido distintos los vestidores de la imagen de Ntra. Sra. de la Soledad, a lo largo de su historia. Destacando en los primeros años a Doña María Díaz Irazábal y a Doña María Reyes Cubero. En el año 1.998 Enrique Cuenca fue su vestidor, diseñando y realizando varios bordados para la Cofradía. Posteriormente Joaquín Sánchez Álvarez fue el vestidor de la imagen, el cual también realizó algún que otro trabajo. En la actualidad el encargado de realizar esta función tan importante es Don Cristino Lastres Muñoz, destacado bordador y vestidor de la localidad, entre sus trabajos destacan el diseño y ejecución del Palio de la Soledad. Pero si tenemos que destacar una persona que siempre a estado al tanto de estos detalles es Don Francisco Amores, que siempre a estado pendiente de que a nuestra imagen siempre vistiera como se merece.